Publicado 26/09/2025 10:01

Estados Unidos.- Los países más ricos desperdician más alimentos por persona, pero la urbanización está reduciendo esta brecha

MADRID 26 Sep. (EUROPA PRESS) -

Economistas agrícolas de la Universidad Texas A&M (Estados Unidos) señalan en un nuevo estudio cómo la urbanización y la expansión económica están impulsando el aumento del desperdicio de alimentos en los países de ingresos bajos y medios.

A nivel mundial, una persona promedio desperdicia alrededor de 132 kg de alimentos al año, y esta cifra va en aumento. Los países ricos desperdician más alimentos por persona, pero en este artículo publicado en 'Cell Reports Sustainability', los expertos argumentan que frenar el desperdicio de alimentos requerirá iniciativas políticas y estructurales, también en otros países. Entre otras, se plantean medidas como incentivar a los supermercados y restaurantes a donar alimentos y educar a los consumidores para promover compras más inteligentes y mejores prácticas de almacenamiento de alimentos.

"Si no se aborda, el creciente desperdicio en los países de ingresos medios y bajos corre el riesgo de generar patrones de consumo insostenibles con graves consecuencias para la seguridad alimentaria, la salud pública y la estabilidad ambiental", escriben los autores, los economistas agrícolas Emiliano López Barrera y Dominic Vieira de la Universidad Texas A&M.

"Inversiones proactivas como la infraestructura de la cadena de frío, las leyes de donación de alimentos y la concienciación pública pueden ayudar a moldear las normas sociales antes de que el desperdicio de alimentos se arraigue", narran. "La inacción hoy magnificará los costos a largo plazo y dificultará las intervenciones futuras".

El desperdicio mundial de alimentos -definido como los alimentos desechados por los consumidores o por los establecimientos de servicios de alimentación y venta minorista- aumentó aproximadamente un 24% entre 2004 y 2014. Históricamente, las personas adineradas y los países de altos ingresos desperdiciaban más alimentos. Si bien esto sigue siendo así hoy en día, las tasas de desperdicio de alimentos se están volviendo más similares en todos los países. Según un informe de 2024, el desperdicio anual de alimentos varía tan solo en unos 7 kg por persona entre los países de ingresos altos, medio-altos y medio-bajos.

Los autores afirman que esta convergencia se debe al aumento del desperdicio de alimentos en países de ingresos medios como China, India y Brasil, que experimentan un rápido crecimiento económico y urbanización. La urbanización incrementa el desperdicio de alimentos al cambiar los hábitos de compra y consumo de las personas. Por ejemplo, el acceso a supermercados y refrigeración incentiva a las personas a comprar más alimentos perecederos de los que pueden consumir.

"Los hogares urbanos tienden a generar más desperdicio de alimentos que los rurales, ya que las comunidades rurales reutilizan con mayor frecuencia los alimentos desechados", señalan. Los supermercados también desperdician cantidades significativas de alimentos: Además, la refrigeración durante el transporte ha modificado el momento y el lugar donde se produce el desperdicio de alimentos, lo que resulta en un mayor desperdicio de alimentos en los hogares.

"Estos patrones subrayan la necesidad de complementar la expansión de la cadena de frío con la educación del consumidor sobre el almacenamiento, el porcionado y la planificación adecuados de los alimentos para evitar trasladar la carga del desperdicio de alimentos a los hogares de clase media en proceso de urbanización", describen los autores.

Independientemente del nivel de riqueza de un país, los investigadores afirman que reducir el desperdicio de alimentos requerirá la colaboración entre gobiernos, minoristas y productores de alimentos, instituciones de investigación, comunidades y consumidores. Sugieren implementar campañas de concienciación que enfaticen el control de las porciones y la reutilización de las sobras, así como incentivos para fomentar el compostaje, los usos alternativos de los residuos y el intercambio y la donación de alimentos a nivel comunitario. También subrayan la importancia de incorporar estrategias para el manejo del desperdicio de alimentos en iniciativas más amplias de sostenibilidad y equidad.

"Se necesita una estrategia más integral y coordinada a nivel mundial, basada en intervenciones políticas específicas para cada país y región, para mitigar los impactos y fomentar el progreso hacia sistemas alimentarios más sostenibles", concluyen los autores.

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