MADRID, 18 Sep. (EUROPA PRESS) -
El 59% de estudiantes de 13 países valora positivamente las comidas escolares, según se desprende del informe 'La alimentación escolar en nuestras palabras: eligiendo nuestro futuro', de World Vision.
El estudio contó con la participación de 1.235 niños (61% niños y 37% niñas), de entre 3 y 18 años, de 13 países, y 111 cuidadores. Los participantes procedieron de entornos rurales y urbanos e incluyeron a menores con discapacidades y la recopilación de la información se llevó a cabo en grupos de discusión y entrevistas que tuvieron lugar este año.
Asimismo, el informe revela que el 59% de los niños calificó positivamente las comidas (buenas o muy buenas), mientras que el 38% las valoró negativamente (aceptables o malas). "Esto demuestra que, aunque valoran la alimentación escolar, otros se sienten decepcionados, usualmente debido a raciones demasiado pequeñas, menús repetitivos o mala calidad de los alimentos", asegura World Vision.
En este sentido, el informe revela que los niños indicaron que "rara vez" se les consulta sobre la alimentación escolar y que, cuando comparten sus opiniones, los adultos no los escuchan. No obstante, aproximadamente siete de cada diez dijeron que desean participar en las decisiones sobre la alimentación escolar.
También explica que, a la pregunta de qué cambiarían de la alimentación escolar, "la petición más común fue que las raciones fueran más grandes". Así, revela que, en Zimbabue, "muchos dijeron que la comida se acababa demasiado rápido y les dejaba con hambre".
Por otro lado, la segunda petición más habitual fue la de una "mayor variedad". En este punto, los niños de Brasil y Camboya dijeron que la comida solía ser "repetitiva", lo que hacía que las comidas fueran algo que había que "aguantar" en lugar de "disfrutar". Por ello, pidieron menús "más variados", con fruta, verdura y recetas diferentes para "romper con la monotonía".
Igualmente, la limpieza y la seguridad fueron otras de las reclamaciones. Los estudiantes sugirieron un "mejor almacenamiento, cocinas más limpias y áreas de preparación más seguras".
La alimentación escolar no solo se presenta como un apoyo nutricional, para muchos de los encuestados es la razón por la que asisten a la escuela y la razón por la que permanecen en ella. Sin ella, aseguran que el hambre afecta directamente su concentración, asistencia y salud. "Cuando comemos en la escuela, no nos da sueño en clase", afirmó una estudiante de Ghana.
El estudio también aborda la situación del Líbano, donde no existe un programa nacional de alimentación escolar. Allí, los niños hablaron del hambre, el cansancio y la deserción escolar, pero también imaginaron una realidad diferente: "comidas calientes y saludables servidas con dignidad, escuelas que nutren tanto el cuerpo como la mente y un sistema que defiende su derecho a la educación".
Finalmente, indica destaca que los niños "no son receptores pasivos, sino agentes de cambio que pueden ofrecer soluciones concretas". En esta línea, World Vision expone que la voz de los menores debe ser tenida en cuenta si se quiere mejorar la alimentación escolar a nivel mundial. "Nuestras voces importan. Nuestra alimentación escolar importa. Nuestro futuro importa", recalcaron.