Publicado 26/12/2025 20:10

El exvicepresidente de Ecuador Jorge Glas denuncia tratos crueles durante su estancia en una cárcel de máxima seguridad

Archivo - Bandera de Ecuador
Archivo - Bandera de Ecuador - Europa Press/Contacto/Maksim Konstantinov

MADRID 27 Dic. (EUROPA PRESS) -

El exvicepresidente de Ecuador Jorge Glas ha denunciado este viernes en una audiencia telemática que ha sufrido "tratos crueles y degradantes" durante su estancia en un centro penitenciario de máxima seguridad, en el que asegura que su estado de salud se ha deteriorado, mientras continúa en trámite un recurso de 'habeas corpus' a su favor tras una condena a 13 años por presunta corrupción.

"Fui trasladado a esta cárcel en construcción por parte de un show mediático-político. He sufrido tratos crueles y degradantes y he visto cómo se ha venido desmejorando mi salud, cómo se ha venido desmejorando inclusive lo que es la atención médica", ha criticado el exfuncionario durante su comparecencia, en un intento de "destruir la falacia de las atenciones médicas".

Glas --vicepresidente entre 2013 y 2017-- ha descrito la asistencia sanitaria recibida como limitada e insuficiente y ha matizado que se limitaba a controles básicos como la toma de presión y la medición de oxígeno en sangre. "Por poner un ejemplo puntual, en este momento yo tengo ya una desesperación porque me quedan medicamentos para la presión arterial solamente para dos días (...). No me han dejado ver al médico en estas semanas, sencillamente no me han sacado", ha ilustrado el recluso.

El exvicepresidente ha señalado también que el trato degradante al que se ve sometido incluye "una tortura psicológica sistemática". A este respecto, ha descrito como ha sido presuntamente expuesto a golpes con barras metálicas para generar ruido, así como al sonido de un extractor industrial --encendido hasta por 16 horas continuas-- para impedirle el descanso y la comunicación con otros internos.

En la misma línea, ha denunciado la realización de operativos policiales durante la madrugada, en los que los agentes le obligaban a bañarse alrededor de las 03.00 horas de la mañana, entre gritos, insultos, burlas y otras vejaciones. Un escándalo continuo que, ha aseverado, "(le) tiene los nervios destrozados".

Pese a que la citación judicial ha indicado que debía comparecer de manera presencial, el exvicepresidente ha participado en la audiencia de forma telemática. Este hecho ha sido cuestionado por la abogada del equipo internacional de su defensa, quien ha señalado que la ausencia física ha constituido un aspecto procesal relevante, especialmente por tratarse de un caso vinculado a la salud, la integridad personal y las condiciones de detención.

"En la audiencia de 'habeas corpus', Jorge Glas no fue presentado físicamente: solo vía Zoom. El principio de 'cuerpo presente' exige control judicial directo. La excepción debe justificarse, más aún ante denuncias de salud y condiciones de detención", reza una publicación compartida en la cuenta de X del propio Jorge Glas.

El que fue vicepresidente de Rafael Correa en 2013 y con Lenín Moreno en 2017 cumple dos sentencias por cohecho y asociación ilícita en los casos Obedrecht y Soborno. Sobre él pesa además una condena de primera instancia a trece años de cárcel por el caso Reconstrucción de Manabí.

Tras haber cumplido parte de una pena conjunta por delitos de corrupción, Glas pudo acceder a un régimen de prelibertad con ciertas condiciones, hasta que en diciembre de 2023 ingresó en la embajada de México. En abril de 2024, fue sacado por la fuerza de esa sede diplomática, pese a haber recibido asilo del Gobierno mexicano, entonces presidido por Andrés Manuel López Obrador.

Después de su detención, el exvicepresidente fue trasladado a la cárcel de máxima seguridad conocida como La Roca, en el suroeste del país, y ya este año fue condenado a 13 años de prisión por un presunto delito de peculado en el ya mencionado caso 'Reconstrucción de la provincia de Manabí', relacionado con la gestión posterior al terremoto de 2016. Asimismo, en 2025, ha sido reubicado en la cárcel del Encuentro, un centro penitenciario que aún se ha encontrado en fase de construcción.

Contador

Contenido patrocinado