Publicado 04/06/2025 13:57

Brasil.- El Ejército de Brasil expulsa por primera vez a un soldado condenado por participar en el asalto a los poderes

Archivo - Imagen de archivo del asalto a la Plaza de los Tres Poderes en Brasilia
Archivo - Imagen de archivo del asalto a la Plaza de los Tres Poderes en Brasilia - Europa Press/Contacto/Paulo Lopes - Archivo

MADRID 4 Jun. (EUROPA PRESS) -

La Armada de Brasil ha decidido expulsar a un suboficial de reserva que fue condenado a 14 años de prisión por su participación en el asalto golpista a la Plaza de los Tres Poderes en Brasilia el 8 de enero de 2023, convirtiéndose así en el primer soldado expulsado de las Fuerzas Armadas brasileñas por este caso.

El Consejo de Disciplina, órgano colegiado creado por la Armada para debatir la situación de los militares tras sus condenas del Tribunal Supremo, ha tomado esta decisión, que afecta a un soldado identificado como Marco Antonio Braga Caldas, de 51 años, alegando que su salida mantendría la disciplina en la carrera, según ha podido saber el diario 'Folha de Sao Paulo' y ha confirmado Globo.

Braga Caldas fue condenado en marzo de 2024 por los deltios de abolición violenta del Estado de derecho, golpe de Estado, daños agravados, deterioro del patrimonio histórico y asociación ilícita armada. El Supremo ordenó prisión preventiva debido al "temor fundado de fuga" y actualmente se encuentra recluido en la Escuela de Aprendices Marineros de Santa Catalina, en Florianópolis.

Cabe recordar que un total de 2.170 personas fueron detenidas mientras irrumpían violentamente en la Plaza de los Tres Poderes --sedes del Congreso, el Tribunal Supremo Federal y el Palacio Presidencial de Brasilia--, en la capital del país, por su descontento con la derrota en las urnas del candidato ultraderechista Jair Bolsonaro.

Supuso un ataque sin precedentes en la historia del país sudamericano, que ahondó en su polarización y puso el foco sobre el papel de unos militares que siempre contaron con presencia mayoritaria en el Gobierno del expresidente brasileño.

Ese día, mientras una parte del país expresaba su malestar por el regreso de Lula da Silva al Ejecutivo, decenas de autobuses llegaron a la capital para lo que inicialmente parecía ser una manifestación más contra el nuevo Gobierno, en el contexto de protestas que habían comenzado dos meses antes con vigilias, rezos y acampadas frente a los cuarteles del Ejército.

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