MADRID, 26 Jul. (EUROPA PRESS) -
El 14 de julio de 2016 marcó la fecha de comienzo oficial de la Fundación ProFuturo, una entidad centrada en la innovación educativa con tecnología en escuelas especialmente vulnerables de África, Asia y Latinoamérica que cumple ahora 9 años desarrollando proyectos para mejorar la formación de docentes y el aprendizaje de niños y niñas.
"Las cifras de 2024 configuran a ProFuturo como el proyecto educativo español, con tecnología, más grande y con mayor alcance: intervención en 3.609 escuelas y una llegada directa a 262.980 docentes y 941.785 niños y niñas en 30 países, 18 de África y Asia (Líbano y Filipinas) y 12 países de Latinoamérica", explica su presidente, Juan Ramón Fuertes.
Más allá de las cifras, Fuertes destaca "el carácter innovador del programa que está en actualización permanente". "Para ello usamos una plataforma de código abierto, online y offline. Además, estamos incorporando progresivamente la Inteligencia Artificial en los recursos educativos, en la formación para docentes y en las herramientas de gestión, tenemos una oferta de itinerarios formativos en competencias prioritarias para el contexto actual y hacemos uso de data Analytics para el monitoreo y la evaluación del programa", señala.
Profuturo tiene como objetivo reducir la brecha educativa proporcionando una educación de calidad a niños y niñas en entornos vulnerables, con un modelo de intervención basado en las evidencias de impacto que le proporcionan continuos procesos de monitorización, estudios y evaluaciones.
La directora general de ProFuturo, Magdalena Brier, afirma que las evidencias en sus estudiantes "muestran mejoras académicas en Matemáticas o Lengua".
"Nos respaldan estudios realizados en Chile de 2018 a 2023 y en Brasil de 2017 a 2021 que reflejan, en coles con ProFuturo y sin Profuturo, mejoras de 9 puntos en Matemáticas y 8 puntos en Lectoescritura, caso de Chile, y de 14 puntos en Matemáticas y 23 puntos en Lectoescritura en Brasil. Pero también hemos visto un aumento de la aprobación del curso escolar e incremento de estudiantes matriculados; cambios en la planificación de la escuela para el uso de las tecnologías; mejoras de la motivación, el conocimiento y las competencias digitales de los docentes, para la innovación en el aula, y un aumento del compromiso de las familias con la educación de sus hijos", asegura.
El programa parte de una premisa clara: "sin docentes capacitados no hay educación de calidad". Por ello, coloca al profesorado en el centro de su modelo de intervención, ofreciendo herramientas digitales, metodologías activas e itinerarios formativos que fortalecen su labor en el aula.
La tecnología permite personalizar el aprendizaje, motivar al estudiante y facilitar el seguimiento en tiempo real, incluso en contextos de especial dificultad.